¡Saludos
lectores! Hoy traigo una entrada muy interesante sobre historia, concretamente
sobre la historia de China, que ha sido bastante convulsa durante el siglo XX. El
principal motivo es hacer saber al lector de algunos datos que son
habitualmente desconocidos por el público en general.
A principios del siglo XX China era un imperio gobernado por la dinastía Qing,
pero eso no duraría mucho tiempo. En 1911 se gestó una revolución que depuso a
Puyi, que sería conocido como el último emperador de China. Desde ese momento
se estableció la República de China, que sería un estado democrático. En esta
nueva república había dos partidos que eran los más influyentes: el Partido
Nacionalista Chino o Kuomintang (KMT) y el Partido Comunista de China. La sintonía
entre estos partidos fue deteriorándose a lo largo de las décadas. Aunque los
enfrentamientos entre estos partidos fueron interrumpidos por los actos de
Japón durante la segunda guerra mundial.
Una
vez que Japón fue derrotada, las tensiones entre ambos partidos se avivaron y
finalmente estalló una revolución comunista en 1949, liderada por Mao Zedong,
contra el gobierno del KMT. El líder de dicho partido era Chiang Kai-shek,
auténtico símbolo del nacionalismo chino. Ese mismo año, Mao declaró la nueva
República Popular de China, y en apenas dos años, logró desplazar a las tropas
del KMT hasta la zona de Sichuan. Allí, y ante la inminente derrota, Kai-shek
decidió abandonar sus posiciones, junto con sus fuerzas, y dirigirse hacia la
isla de Taiwán.
La
guerra civil había acabado, y el comunismo se implantó en China. El único
reducto del antiguo gobierno que quedaba se encontraba en la isla de Taiwán, esperando
la inminente derrota. Sin embargo, los Estados Unidos decidieron intervenir y
posicionar la VII Flota en el estrecho de Taiwán, impidiendo una eventual
invasión comunista. El conflicto se paró en seco en esa situación, de modo que
había de facto dos Chinas. Kai-shek siguió siendo presidente de la República de
China, mientras que Mao estableció su estado socialista. Y ambos países se
convirtieron en territorios reclamados por la otra parte, situación que
continúa así hasta ahora.
A
pesar de que la mayor parte de China estaba bajo el control comunista, la
República de China todavía conservaba su asiento en la ONU, lo que le ofrecía
la oportunidad de ejercer presión a nivel internacional. Pero en los años 70,
los países occidentales comenzaron a reconocer a la República Popular de China
como legítima, y finalmente la República de China perdió su asiento en la ONU. Desde
entonces ha estado intentado recuperar su asiento, aunque siempre se ha
encontrado con el veto de China, con lo cual es imposible que tal caso suceda. Además,
China se niega establecer relaciones comerciales con cualquier país que
reconozca a la República de China, por lo que realmente no hay ningún país de
considerable importancia que dé tal reconocimiento, pues supondría la pérdida
del mercado chino. Además, este reconomiento se hizo más popular, denominando a
la República de China simplemente como Taiwán, y olvidando su verdadero origen.
Desde
el fin de la guerra, la República de China fue una dictadura militar, hasta
finales del siglo XX, cuando finalmente se democratizó. Actualmente, el KMT
sigue siendo el partido de gobierno en el país, pero con toda esperanza de
recuperar su antiguo territorio totalmente perdida. China ahora es un país
socialista, monopolizado por el Partido Comunista de China, mientras el
legítimo gobierno sobrevive prácticamente en el exilio y sin respaldo de las
potencias occidentales.
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