Nos
encontramos en el año 63 a.C. Un ambicioso romano decide presentarse a cónsul,
su nombre es Lucio Sergio Catilina. En aquellas elecciones también participaban
Antonio Híbrida y Marco Tulio Cicerón, el famoso orador romano, que había
decidido pasar a optar a la más alta magistratura de la República.
Catalina
sufre una amarga derrota electoral, Cicerón e Híbrida serían los cónsules para
ese año. Pero su ambición política no le dejaría abandonar. Logró atraer a
muchos seguidores a su bando, con la intención de formar una rebelión. Tal
conspiración, incluso entonces, era muy difusa, y no estaba bien claro quiénes
eran los conspiradores. Se cree que Craso y César pudieron conocerla, o incluso
tomar parte, pero no se pudo demostrar.
El
propio Cicerón ya sospechaba que Catilina estaba tramando algo. Fue Craso quien
hizo llegar a Cicerón unas cartas escritas por Catilina donde se evidenciaba su
conspiración. Inmediatamente, él dio la voz de alarma. Catilina logró escapar
de Roma y se dirigió al norte. Mientras, Cicerón pronunció un discurso en el
Senado contra Catilina, las famosas catilinarias,
donde ponía al descubierto aquel complot. El Senado decidió apresar a todos los
conspiradores y fueron ejecutados.
En
el norte, Catilina reclutó algunas milicias. No obstante, llegó Híbrida al
mando de un ejército y lo borró de la faz de la Tierra. Catilina murió en
combate. La República estaba a salvo de nuevo.
César,
ya libre de toda sospecha, podía continuar con su ascenso político.
Anteriormente, tras su encontronazo con Sila, fue cuestor en Hispania y después
edil, se había ganado el respeto de la plebe, siguió la estela de su tío Mario,
para convertirse en un destacado partidario de los populares. En el año 61 a.C., es enviado a Hispania como propretor,
allí realizó importantes campañas de pacificación contra los lusitanos, ya casi
toda Hispania era parte de la República de Roma, un año después regresa a Roma.
También
en el 61 a.C., Pompeyo regresa de su exitosa campaña en Oriente, y se celebró
un gran triunfo para conmemorar su victoria, incluso mandó construir un teatro,
ya que por aquel entonces Roma no disponía de ninguno. El Senado temía la
creciente popularidad de Pompeyo, entre ellos, Marco Porcio Catón, cuyo
homónimo bisabuelo había participado en la segunda guerra púnica y fue
principal promotor de la destrucción de Cartago, lean entradas anteriores si no
lo recuerdan. Catón era un hombre muy recio y conservador, amante de las
tradiciones y fiel defensor de la República, de moral férrea y muy crítico
hacia los vicios. No vio con buenos ojos que César y Pompeyo, dos hombres
inmensamente populares, empezaran a entablar amistad, y es que ambos tenían
intereses comunes.
César
decidió aprovechar su popularidad y el apoyo de Pompeyo para ser cónsul en el
año 59 a.C. Catón y los optimates
presentaron a su propio candidato, Bíbulo, y finalmente ambos fueron elegidos
cónsules. Craso, a pesar de ser enemigo político de Pompeyo, estaba aliado con
César, y éste actuó de mediador entre ambos y logró que Craso se aliara con
Pompeyo, de modo que los tres juntos formaron una alianza política conocida
como Triunvirato.
Catón
observó esto con miedo y sorpresa. Ahora que a Pompeyo y César se les había
unido Craso, el hombre más rico de Roma, los tres acumulaban mucho poder y
popularidad. Catón temía por la supervivencia de la República, y por ello
inició una campaña contra el consulado de César y el Triunvirato. Usó al otro
cónsul, Bíbulo, para lograr tales fines. Se oponía a todas les leyes propuestas
por César, entre ellas una polémica reforma agraria, pero estas leyes fueron
aprobadas a pesar de los esfuerzos de Catón. La unión con Craso y Pompeyo le
estaba resultando muy útil a César. También, para fortalecer esta alianza, casó
a su hija Julia con Pompeyo.
El
consulado de César ya se estaba acabando, y después sería destinado como
procónsul a alguna provincia. Logró que se le asignasen tres provincias:
Iliria, la Galia Cisalpina y la Galia Narbonense, durante un periodo de cinco
años. De modo que, en el 58 a.C., marchó hacia el norte, hacia la Galia, donde
viviría una aventura que ni él mismo se lo imaginaba…
No hay comentarios:
Publicar un comentario