domingo, 11 de noviembre de 2012

La conspiración de Catilina y el Triunvirato

Nos encontramos en el año 63 a.C. Un ambicioso romano decide presentarse a cónsul, su nombre es Lucio Sergio Catilina. En aquellas elecciones también participaban Antonio Híbrida y Marco Tulio Cicerón, el famoso orador romano, que había decidido pasar a optar a la más alta magistratura de la República.

Catalina sufre una amarga derrota electoral, Cicerón e Híbrida serían los cónsules para ese año. Pero su ambición política no le dejaría abandonar. Logró atraer a muchos seguidores a su bando, con la intención de formar una rebelión. Tal conspiración, incluso entonces, era muy difusa, y no estaba bien claro quiénes eran los conspiradores. Se cree que Craso y César pudieron conocerla, o incluso tomar parte, pero no se pudo demostrar.

El propio Cicerón ya sospechaba que Catilina estaba tramando algo. Fue Craso quien hizo llegar a Cicerón unas cartas escritas por Catilina donde se evidenciaba su conspiración. Inmediatamente, él dio la voz de alarma. Catilina logró escapar de Roma y se dirigió al norte. Mientras, Cicerón pronunció un discurso en el Senado contra Catilina, las famosas catilinarias, donde ponía al descubierto aquel complot. El Senado decidió apresar a todos los conspiradores y fueron ejecutados.

En el norte, Catilina reclutó algunas milicias. No obstante, llegó Híbrida al mando de un ejército y lo borró de la faz de la Tierra. Catilina murió en combate. La República estaba a salvo de nuevo.

César, ya libre de toda sospecha, podía continuar con su ascenso político. Anteriormente, tras su encontronazo con Sila, fue cuestor en Hispania y después edil, se había ganado el respeto de la plebe, siguió la estela de su tío Mario, para convertirse en un destacado partidario de los populares. En el año 61 a.C., es enviado a Hispania como propretor, allí realizó importantes campañas de pacificación contra los lusitanos, ya casi toda Hispania era parte de la República de Roma, un año después regresa a Roma.

También en el 61 a.C., Pompeyo regresa de su exitosa campaña en Oriente, y se celebró un gran triunfo para conmemorar su victoria, incluso mandó construir un teatro, ya que por aquel entonces Roma no disponía de ninguno. El Senado temía la creciente popularidad de Pompeyo, entre ellos, Marco Porcio Catón, cuyo homónimo bisabuelo había participado en la segunda guerra púnica y fue principal promotor de la destrucción de Cartago, lean entradas anteriores si no lo recuerdan. Catón era un hombre muy recio y conservador, amante de las tradiciones y fiel defensor de la República, de moral férrea y muy crítico hacia los vicios. No vio con buenos ojos que César y Pompeyo, dos hombres inmensamente populares, empezaran a entablar amistad, y es que ambos tenían intereses comunes.

César decidió aprovechar su popularidad y el apoyo de Pompeyo para ser cónsul en el año 59 a.C. Catón y los optimates presentaron a su propio candidato, Bíbulo, y finalmente ambos fueron elegidos cónsules. Craso, a pesar de ser enemigo político de Pompeyo, estaba aliado con César, y éste actuó de mediador entre ambos y logró que Craso se aliara con Pompeyo, de modo que los tres juntos formaron una alianza política conocida como Triunvirato.

Catón observó esto con miedo y sorpresa. Ahora que a Pompeyo y César se les había unido Craso, el hombre más rico de Roma, los tres acumulaban mucho poder y popularidad. Catón temía por la supervivencia de la República, y por ello inició una campaña contra el consulado de César y el Triunvirato. Usó al otro cónsul, Bíbulo, para lograr tales fines. Se oponía a todas les leyes propuestas por César, entre ellas una polémica reforma agraria, pero estas leyes fueron aprobadas a pesar de los esfuerzos de Catón. La unión con Craso y Pompeyo le estaba resultando muy útil a César. También, para fortalecer esta alianza, casó a su hija Julia con Pompeyo.

El consulado de César ya se estaba acabando, y después sería destinado como procónsul a alguna provincia. Logró que se le asignasen tres provincias: Iliria, la Galia Cisalpina y la Galia Narbonense, durante un periodo de cinco años. De modo que, en el 58 a.C., marchó hacia el norte, hacia la Galia, donde viviría una aventura que ni él mismo se lo imaginaba…




No hay comentarios:

Publicar un comentario