La
cuarta y última guerra civil había terminado, ¿y ahora qué? Los romanos estaban
ya exhaustos de tantas guerras civiles, que habían causado que el Imperio
contara con unas 60 legiones en total, un ejército totalmente sobredimensionado,
que consumía las arcas de la República. Octavio decidió licenciar a los
soldados más veteranos, quedándose al final con 28 legiones, que eran las
siguientes:
I
Augusta, II Augusta, III Augusta, III Cyrenaica, III Gallica, IV Macedonica, IV
Scythica, V Macedonica, V Alaudae, VI Ferrata, VI Victrix, VII Macedonica, VIII Augusta, IX Hispana, X Fretensis, X Gemina, XI, XII Fulminata, XIII Gemina, XIV Gemina, XV Apollinaris, XVI Gallica, XVII,
XVIII, XIX, XX Valeria Victrix, XXI Rapax y XXII Deitoriana.
Octavio
mantuvo sus poderes extraordinarios hasta el año 27 a.C. Fecha en la que formalmente
devolvió el poder al Senado de Roma. Pero éste, reafirmó los poderes de
Octavio, fue renombrado Augusto y Princeps
de la República. Durante su reinado, Augusto mantuvo una especie de ficción de
que la República continuaba, a pesar de que él mantenía el poder absoluto. Las magistraturas
republicanas seguían eligiéndose cada año. Lo cierto es que históricamente
hablando, se considera que la República acabó ese año, el 27 a.C.
Augusto
se propuso establecer una paz duradera, conocida como la Pax Augusta o Pax Romana,
que era un periodo de paz, donde los romanos no debían volver a soportar los
avatares de una nueva guerra civil o invasión extranjera. Para ello, Augusto
debía pacificar las fronteras del Imperio. Para empezar, logró someter a los
cántabros en un conflicto conocido como las guerras cántabras, que duraron desde
el 29 a.C. hasta el 19 a.C., completando con ello la conquista de Hispania.
También decidió extender las fronteras del Imperio hacia las defensas naturales
del eje Rin-Danubio, conquistando Retia, Panonia, Iliria y Nórica, en los
Balcanes.
Augusto
fue más allá y decidió adentrarse en Germania, extendiendo la frontera del
Imperio Romano al río Elba. Pero sus deseos se truncaron las legiones XVII,
XVIII y XIX al mando de Publio Quintilio Varo fueron aniquiladas en los bosques
de Teutoburgo, en el 9 d.C. Aquella batalla supuso la pérdida de la recién
adquirida provincia de Germania, y el establecimiento definitivo de la frontera
del Rin, entre romanos y bárbaros.
De
esta manera, las fronteras fueron alejándose de Italia, y los ciudadanos
romanos obtuvieron su Pax Romana,
pero… ¿a qué precio? La muerte de la República. Augusto murió en el año 14
d.C., y nombró como su sucesor a Tiberio, el hijo de su esposa. Tiberio sería
el primero de una larga lista de emperadores, que tendrían el título de Princeps, que dominarían durante los
próximos siglos aquel floreciente Imperio.
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