lunes, 19 de mayo de 2014

El muro de Kiev

¡Saludos lectores! Lamento el haber estado tantos meses sin escribir, pero tenía el tiempo muy ocupado con actividades académicas, y además tampoco tenía temas de los que hablar. Hoy, se me ha ocurrido escribir esta entrada sobre una cuestión en particular que me preocupa mucho, el conflicto de Ucrania. Aunque antes de nada, he de remarcar lo que voy a hacer es simplemente una valoración personal y subjetiva de la situación.

En definitiva, esta situación está causada por un conflicto de intereses. Tenemos dos superpotencias geográficamente limítrofes, la Unión Europea y Rusia, y en medio, un país, Ucrania, dividido entre proeuropeos y prorrusos. El conflicto era cuestión de tiempo que estallara.



Rusia, a finales de los años 80, tuvo que asistir inevitablemente a la súbita disgregación de su gran estado socialista, la URSS. Tanto los miembros de la URSS como los países satélites de la misma se liberaron del control de Moscú, y pudieron comenzar una andadura por su cuenta. Esto no trajo demasiadas consecuencias positivas. Aunque para Alemania supuso la reunificación, para otros países supuso la guerra, como en Yugoslavia, y otros conflictos menores por las fronteras de los nuevos países creados. Durante los años 90 Rusia estaba muy debilitada, pero ya en los años 2000 su recuperación era evidente, y ciertas ansias por recuperar el antiguo esplendor de la URSS.

No olvidemos los hechos ocurridos en 2008 en Abjasia y Osetia del Sur. Estas dos repúblicas son independientes de facto, pero poco reconocidas internacionalmente. Oficialmente, se consideran parte de Georgia. En 2008 dicho país lanzó una ofensiva para recuperar el control de las zonas rebeldes. Rusia no tardó en actuar, lo cual generó una guerra entre Rusia y Georgia que duró apenas nueve días, con el resultado de victoria Rusa. De modo que estas repúblicas seguirían siendo independientes.

A pesar de que la URSS había acabado, Rusia quería mantener un cierto control sobre los países que consideraba dentro de su esfera de influencia. Un paso fue la creación en 2010 de una Unión Aduanera Euroasiática, esta unión permitiría el libre comercio entre los países miembro. Sus integrantes eran Rusia, Bielorrusia y Kazajistán. En 2012 se creó la Comunidad Económica Euroasiática, para impulsar la integración económica de dichos países. Véase el parecido semántico con la Comunidad Económica Europea, precursora de la UE. Pero las cosas no se detienen ahí, en 2015 está prevista que se ponga en marcha la Unión Euroasiática, una especie de Unión Europea del este, impulsada por Vladimir Putin. Como se ve, los pasos dados por Rusia son claros. El símil con el proceso europeo es claro. Aunque también este proceso desprende una sospecha de intentar recuperar la URSS. No en cuanto a ideología socialista, pero sí como poder económico y militar que contrarreste a la UE y EE.UU., o dicho de otro modo, el bloque occidental.

Tengo claro que a Putin le hubiera gustado poder integrar a Ucrania en la Unión Euroasiática, pero a tenor de los últimos acontecimientos no podrá ser posible, al menos en su totalidad. Me refiero al reciente Euromaidán y el derrocamiento del presidente prorruso Víctor Yanukovich. Cuando empezaron las propuestas, sinceramente no le di importancia, pues se asemejaban mucho al 15-M de España, así que pensé que no tendría ningún efecto y se acabaría diluyendo. Sin embargo, no ocurrió así, la violencia asolaba las calles. Yo en un principio apoyaba al presidente Yanukovich, porque era el presidente electo democráticamente, y si no quería firmar acuerdos con la UE estaba en su derecho. 

Después, el presidente fue depuesto por la oposición, y sustituido por un gobierno interino en Kiev. Hasta aquí, parecía que todo ya había acabado, pero nada más lejos de la realidad. Me estoy refiriendo a la “invasión” de Crimea por parte de Rusia, un hecho del todo condenable y que no tiene ninguna justificación. Imagínense que aquí ocurriese algo similar, sería impensable. Fue en este preciso momento cuando dejé de apoyar a Yanukovich, y me puse de parte de Ucrania, porque estaban siendo víctimas de una invasión injusta. Pero lo más deleznable de todo está en el referéndum que se celebró. ¿Acaso alguien cree que una invasión militar es el contexto democrático adecuado para la celebración de un referéndum de tal calado? Evidentemente no, el valor democrático de ese referéndum es 0.

Aun así, la comunidad internacional, salvo poner sanciones a Rusia, no hizo nada relevante, y se le permitió anexionarse Crimea. Y posteriormente sucedió la rebelión del este de Ucrania. Guerrilleros prorrusos tomaron los principales edificios gubernamentales de las regiones de Donetsk y Lugansk, proclamando sendas repúblicas populares. Ante esto, la reacción de Kiev fue realizar una operación antiterrorista para recuperar el  control sobre el este de Ucrania. Actos que produjeron auténticas matanzas como en Odessa, Mariupol y Sloviansk.


Por suerte, Rusia no ha intervenido en dichos actos militares, y espero que así siga siendo. Ucrania está prácticamente en guerra civil. Por estar entre dos potencias. ¿Es esto el comienzo de otra guerra fría? ¿Se ha dibujado de nuevo un telón de acero que separa el bloque occidental del oriental? ¿Habrá un nuevo muro de Berlín? ¿El muro de Kiev, tal vez? El tiempo lo dirá...