viernes, 16 de agosto de 2013

El principio del fin

Nos encontramos en el año 364 y sin emperador. Las tropas decidieron escoger como emperador a Valentiniano. Éste gobernaría junto con su hermano Valente. Valentiniano se quedaría con el Imperio Occidental, y Valente con el Imperio Oriental.

Valentiniano tuvo que hacer frente a muchas invasiones bárbaras. Sajones, pictos y escotos atacaron Britania. Mientras que por el sur luchó contra los alamanes. Logró hacer frente a todas estas invasiones y mantener el Imperio. En el año 375, mientras luchaba contra los cuados que habían cruzado las fronteras, murió. Le sucedieron sus hijos Graciano y Valentiniano II.


Valente pasó muchas dificultades con el Imperio Persa, aunque logró mantenerse. También luchó exitosamente contra los godos. No obstante, una nueva amenaza empezaba a crecer en el este, el preludio del fin de un gran Imperio, los hunos se acercaban… No eran buenas noticias. Los pueblos bárbaros asentados a lo largo del Danubio fueron empujados a cruzar las fronteras del Imperio. Toda Tracia estaba invadida por visigodos, ostrogodos, alanos, suevos, vándalos y hunos. Los visigodos habían tenido permiso del emperador para cruzar el río y establecerse, a cambio de defender la frontera. Por desgracia, se rebelaron. En el 378, Valente organizó a su ejército y luchó contra ellos en la batalla de Adrianópolis. La batalla fue un desastre total, dos tercios del ejército fueron aniquilados, incluido el propio emperador. Era el principio del fin. Ahora los bárbaros eran libres de ir a donde quisieran, y llegaron incluso a los muros de Constantinopla.

Ante la gravedad de la situación, Graciano, emperador occidental, nombró a su general Teodosio emperador de Oriente, para intentar controlar la situación. Él inició negociaciones de paz con los visigodos, y logró establecerlos a lo largo del Danubio. Algunos serían integrados en el ejército romano y otros quedarían con cierta autonomía, en calidad de ejércitos federados, cuyo cometido era defender las fronteras del Imperio.

En Occidente, el general Máximo se rebeló en Britania en el 383, e invadió la Galia. Graciano fue a su encuentro, pero fue asesinado. El resto de Occidente estaba bajo el gobierno de Valentiniano II, que como aún era niño estaba bajo la tutela de su madre. En el 388 Máximo invadió Italia, pero Teodosio intervino y le derrotó, quedando Valentiniano II como único emperador de Occidente.


En el 392, Valentiniano II se suicidó, y Eugenio subió al trono imperial. Teodosio, no contento con esto, marchó contra él y le derrotó dos años más tarde. Teodosio quedó entonces como único gobernante del Imperio. Una de sus principales medidas fue la proscripción de la antigua religión romana y el establecimiento del cristianismo como religión única del Imperio. En el 395 murió de muerte natural. El Imperio quedó definitivamente dividido en manos de sus hijos Honorio y Arcadio, y nunca volvería a reunificarse…

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