De
nuevo nos encontramos con Roma y Cartago en guerra. Sin embargo, esta guerra
iba a ser muy distinta a las anteriores, sería una guerra corta que se
reduciría únicamente al asedio de Cartago. No nos encontraremos ni épicas
batallas campales, ni largas expediciones.
Después
de la declaración de guerra del año 149 a.C., los cónsules Manilio y Censorino pusieron
rumbo a la capital púnica. Contaban con cuatro legiones, más de 40.000 hombres.
La ciudad estaba muy bien defendida. Se levantaba sobre una península. El istmo
de tierra estaba protegido por una triple línea de defensa, mientras que la
parte que daba al mar estaba más desprotegida, había una muralla simple. El hombre
que comandaba la defensa de la ciudad era un tal Asdrúbal el Beotarca.
Durante
todo el año, ambos cónsules realizaron varios ataques sobre la ciudad, todos
ellos infructuosos. Con ellos se encontraba el tribuno Escipión Emiliano, nieto
adoptivo de Escipión Africano, cuya brillantez militar les había salvado del
desastre en numerosas ocasiones. Era buen estratega y valiente luchador. Sus acciones
servían en Roma de consuelo ante tantos fracasos. Para colmo, un ejército
púnico situado fuera de la ciudad, les entorpecía a los romanos las labores de
asedio y de recolección de alimentos para los legionarios.
Ya
en el año 148 a.C., las cosas no mejoraban. Paralelamente al asedio de Cartago,
se intentó asediar otras ciudades del norte de África, sin éxito. Los cartagineses
tenían muy alta su moral, con esperanzas de poder ganar la guerra. Aquel año,
Escipión Emiliano regresó a Roma para presentarse a las elecciones del año
siguiente, siendo finalmente elegido cónsul y se le concedió el mando de la guerra
en África. También ese año murió el rey Masinissa, que dejó Numidia a sus
hijos.
Así,
en el año 147 a.C., Escipión regresó y se hizo cargo de las tropas. Fue entonces
cuando se empezaron a conseguir notables éxitos. Mandó construir una empalizada
a lo largo del istmo para evitar que los cartagineses pudieran salir a por
alimentos. También se bloqueó la entrada del puerto de Cartago. No obstante,
los defensores eran ingeniosos, dado que tenían bloqueada la entrada, abrieron
una brecha en un lateral del puerto comercial para tener una salida al mar, y construyeron
algunos barcos de guerra para atacar a la armada romana.
De
hecho, hoy en día esa brecha todavía es visible en la costa. En esta imagen de
Google Earth he marcado con azul el contorno de los puertos militar y
comercial, en rojo la entrada principal del puerto, bloqueada por los romanos,
y en verde la brecha abierta por los cartagineses.
Y
así se hizo, aunque no consiguieron ningún éxito notable contra la armada
romana. El hambre estaba empezando a acosar la ciudad. Además, en el exterior,
el ejército que estaba hostigando a los romanos, fue finalmente aniquilado por
Escipión.
Para
el año siguiente, 146 a.C., Escipión preparó su ataque final. Los romanos
entraron a través del puerto militar matando a los ciudadanos que se
interponían en su camino. Llegó un momento en que ya la ciudad estaba perdida,
sólo resistía la ciudadela de Byrsa, que finalmente se rindió. Los habitantes
que sobrevivieron fueron hechos esclavos, y la ciudad fue arrasada hasta los cimientos.
Terminó así la tercera guerra púnica, en apenas cuatro años.
Escipión
volvió a Roma y celebró su triunfo. Era un día glorioso. Cartago al fin había
dejado de ser una amenaza, y lo había hecho el nieto de Escipión Africano. Ahora
África era la nueva provincia romana. También era motivo de júbilo por muchas
otras cosas. Dos años antes había finalizado la cuarta guerra macedónica,
quedando Macedonia como provincia. Y también aquel preciso año, 146 a.C., se
produjo la destrucción de Corinto. Este acto dejó definitivamente a toda Grecia
como vasalla de Roma.
El
nuevo imperio se extendía por muchos lugares. Poco después Escipión
conquistaría la ciudad de Numancia, asestando un duro golpe a la resistencia
ibera en Hispania, el rey Átalo II dejaría el reino de Pérgamo en herencia a la
República romana, Pompeyo conquistaría Siria, Julio César haría lo propio con
la Galia y Egipto… Pero eso es otra historia…
no parece que la rotulacion del mapa sea correcta
ResponderEliminarmagnifica foto y grafismo vale + que M palabras
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